La política migratoria fue uno de los ejes que José Antonio Kast decidió poner al centro del Debate Presidencial ARCHI, donde el candidato del Partido Republicano presentó su propuesta de “retorno voluntario” como principal herramienta para enfrentar la migración irregular en Chile.
Según explicó, su plan contempla un plazo de 102 días para que las personas extranjeras sin documentación abandonen el país antes de que él asuma eventualmente la Presidencia. Durante ese período, señaló, podrán retirarse “con sus pertenencias y ahorros”, remarcando que no se trata de una expulsión inmediata, sino de una salida planificada.
Kast recalcó que su estrategia no incluye redadas ni operativos policiales masivos, desmarcándose de modelos como el de la agencia ICE en Estados Unidos. “No los voy a echar, los vamos a invitar”, afirmó, aunque advirtió que una vez vencido el plazo establecido, sí se aplicarán medidas de expulsión a quienes no hayan regularizado su situación.
En cuanto al costo de los traslados, el presidenciable aseguró que no será asumido por el Estado. En cambio, responsabilizó a los empleadores que contraten mano de obra irregular, indicando que ellos deberán financiar el pasaje de regreso que —según sostuvo— debieron costear al momento de contratar. Al ser consultado sobre la viabilidad de expulsiones administrativas, sostuvo que existen diversas formas de ejecutar la política, insistiendo en que “yo no voy a pagar, alguien va a pagar”.