La reciente expresión del jefe de campaña de Evelyn Matthei, Diego Paulsen, al calificar al Gobierno como “atorrantes”, desató una intensa controversia en el mundo político, marcando el ambiente previo a las elecciones presidenciales. La polémica se amplificó cuando la propia Matthei respaldó a su colaborador, señalando que, aunque prometió “portarse como señorita”, los chilenos “ya tienen formada su opinión sobre el comportamiento del Gobierno”.
Las declaraciones provocaron una fuerte reacción en el oficialismo. La presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez, sostuvo en el programa El Primer Café de Cooperativa que el comentario refleja un “tono clasista” y criticó que la derecha hable de moderación mientras menosprecia al resto. En sus palabras, “en vez de aclarar, oscurecen”, y advirtió que este tipo de mensajes “rebajan el debate democrático”.
Desde la Democracia Cristiana, el vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo, también cuestionó los dichos, asegurando que “aunque se den ropajes democráticos, lo que piensan del resto es que son unos atorrantes”. Además, citó una frase popular para graficar su crítica: “La mona, aunque se vista de seda, mona se queda”, acusando un “desprecio profundo por los demás”.
En contraste, desde la oposición salieron en defensa del comando de Matthei. El vicepresidente de Renovación Nacional, Pedro Pizarro, afirmó que el término “atorrantes” refleja una “percepción de incapacidad del Gobierno para dar soluciones”, mientras que el diputado republicano Agustín Romero coincidió con la crítica, señalando que “aunque la palabra es fuerte, los chilenos ya se dieron cuenta de que este gobierno está lleno de ineptos e incompetentes”.