La venta inicial tuvo lugar en noviembre de 1973, tan solo semanas después del golpe de Estado en Chile. El historiador Rosendo Fraga interpreta esta acción como parte de una estrategia deliberada de Perón para respaldar a gobiernos contrarios al comunismo en América Latina. Ya en septiembre de ese año, un acta confidencial chilena registraba la presencia de un emisario argentino con provisiones materiales.
En junio de 1974, Perón recibió a Pinochet en Morón mientras sectores de izquierda protestaban en las calles. Ante las críticas, el mandatario defendió su postura en una entrevista con el diario italiano Il Giornale, asegurando que la caída del gobierno de Allende había eliminado un punto de apoyo clave para la guerrilla argentina.