La jueza Irene Rodríguez Chávez, involucrada en la polémica excarcelación del sicario Osmar Ferrer, fue sorprendida durmiendo durante la audiencia del 9 de julio, en la que se decretó prisión preventiva contra los imputados por el asesinato del empresario José Felipe Reyes Ossa. La situación obligó al fiscal a repetir su exposición.
La magistrada, apodada “tuto” según trascendidos, ha sido cuestionada por su rol en las órdenes contradictorias del 8° Juzgado de Garantía, donde se dictaron tres resoluciones en apenas 11 minutos. Rodríguez declaró a TVN: “Me declaro inocente en ese sentido”, aunque evitó detallar su eventual responsabilidad en la liberación.
El Poder Judicial explicó que el fallo que liberó a Ferrer se debió a “problemas con la identificación del imputado”, mientras que la tercera orden —que corregía el error— no fue ejecutada. Aún se investigan las causas. Ferrer, considerado de alta peligrosidad, permanece prófugo.