Virginia Giuffre, reconocida por denunciar abusos de Jeffrey Epstein y el príncipe Andrés, falleció hoy a los 41 años, generando conmoción mundial. La activista había revelado días antes que le quedaban «cuatro días de vida» tras un accidente automovilístico que le provocó una grave insuficiencia renal. «Desarrollé una insuficiencia renal, me dieron cuatro días de vida», escribió en su cuenta de Instagram. Las circunstancias exactas de su muerte aún no han sido aclaradas oficialmente.
La tragedia ocurrió tras un accidente en el que un bus escolar impactó su vehículo a gran velocidad mientras intentaba girar. «No importa de qué esté hecho el coche, cuando un bus te embiste a 110 km/h, no hay mucho que hacer», relató ella misma días antes. Aunque inicialmente se atribuyó su deterioro a las secuelas del accidente, han surgido otras hipótesis. Algunos apuntan a un posible suicidio, mientras otros sospechan de un eventual asesinato, dada su exposición pública y sus denuncias pasadas.
Hasta ahora, las autoridades no han entregado un informe definitivo sobre la causa de su muerte, lo que mantiene abiertas varias líneas de investigación. El fallecimiento de Giuffre revive el drama y las sospechas en torno al círculo de poder que ella ayudó a exponer. Su historia, marcada por el coraje y la lucha contra la impunidad, deja un legado potente en el movimiento global contra el abuso y la trata de personas.